
Eso sí, rápido sí que es. Tras él Alvaro y todos los demás, con pepinos de diverso calibre (salvo el de Jaime que llevaba motor Diesel Matacás y el de Pepe con menos frenos que el tren de la escoba), aunque esta vez dieron menos vueltas que la semana anterior. Se ve que las cervecitas del "abuelo" hicieron que todo el mundo corriera menos, por si los paraban la G.C. de Tráfico.

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